viernes, 25 de septiembre de 2009

DE VUELTA AL COLEGIO (Parte 3... esta vez, es impersonal)

(Esta historia es la continuación de:
De Vuelta al Colegio (Segunda Parte)
)





Dejen que les hable de Carlos Ambrosino Fuentes, no es que sea realmente un tipo notable, o digno centro de una novela, es decir  el hombre tiene la misma capacidad de movimiento que una hormiga sobre el agua, y cada paso, cree que se va a caer a un pozo infinito del cual jamá ha de poder salir. Hace unos años, comenzó su largo camino de lamentaciones, provocado por el abandono que su esposa hizo del hogar. Por supuesto en estas lamentaciones nunca pudo notar que quizás esta ruptura tenía algo que ver con que era un completo pelmazo y llevaba cinco años engañándola con una gran variedad de parroquinas. ¿Qué tiene este bello ejemplar conmigo o con esta historia? Pues para responder lo primero, debo admitir que durante mi infancia, era uno de mis mejores amigos. Y lo segundo, es que en su infinita desesperación, tristeza y soledad, no encontró nada mejor que entregarse a la vida partidista, en la que fue escalando, no por una ambición muy clara, pero con la seguridad de que entre más tranajo se ponía encima, menos tenía que efectivamente, pensar.

Los juegos del destino, y una vida de guarén de guata pelada, lo llevaron al ministerio de educación...¡maravilloso! Un aliado para responder estas dudas que comen el hermoso cerebrito que me dio Diosito... ¡las canillas de Lucifer! Si creen que lo sabían todo, los invito a quedarse y escuchar lo que ocurrió, aunque yo no lo tengo todavía muy claro:

- Estamos en un año electoral - dijo apoyando su manota sobre un busto de Carrera - eso es lo que no entiendes.

- ¿Ah? Lo que yo entiendo es que la educación esta pa'l gato y todos me dicen que mejorar es imposible.

- No, lo que le dicen, compañero, es que no se puede AHORA - se sonrió bobaliconamente - estas preguntas son muy incomodas ahora, esperece hasta abril del próximo año. Ya relájese, vamos a dar una vueltecita...



Nos subimos a una camioneta del ministerio. Me dio una vuelta por varios colegios, en todos la simetría se repetía: chicos vestidos de gris, haciendo rutinas, con la cara larga. En algunos había una que otra intervención de color, pero no era la regla. Vimos laboratorios (¿creerán que soy científico que todos me muestran laboratorios?), bibliotecas, y salas multiuso. Okay algunas infraestructuras eran maravillosas, pero ¿por qué el colegio de mis hijos sigue siendo una vergüenza?

- No queremos concentrar la educación en los colegios emblemáticos - dijo señalando un emblema del Instituto Nacional que el chofer tenía colgando del espejito retrovisor- ahora los atendemos a todos por igual.

Dos, tres y cuatro colegios, todos igualitos, la fabrica de niñitos iguales... ¿qué oportunidad iban a tener?  Entonces, pasamos frente a un colegio particular, no era mucho más que los que vimos, pero había algo diferente.

- ¿Ve compadre? La educación pública está igual que la privada.



Lo que veía era precisamente lo contrario, si bien en apariencia eran todos cabros chicos, en el colegio privado había un ritmo distinto, un sabor, si quiere usted, me daban una tincada distinta. Como, que les habían hecho más cariño, como que les habían puesto más horas de atención... no me estaba gustando la conclusión que comenzaba a salirme hasta por las orejas.

Si más encima se estaban pitiando los colegios emblemáticos, y no estaban realmente potenciando  los  otros, realmente la cosa se estaba hundiendo.

Cuando dejé a mi viejo compadre, me encontré con un grupo de chiquillos que protestaban por mejorar la infraestructura de su colegio. Mi corazón se sobrecogió, porque si bien veían un problema, se les escapaba el mal verdadero. Ahora, ¿qué podía hacer? Todas las puertas estaban cerradas... escribir esta, mi columna más larga de todas, para decir fuerte y claro:

¡CHILE NECESITA UNA NUEVA EDUCACIÓN PARA LOS NUEVOS CRÍOS!

O nos vamos al carajo, he dicho... estimado lector, si quiere aportar con algo, hágalo... yo ya me enojé.

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lunes, 21 de septiembre de 2009

DE VUELTA AL COLEGIO (2a Parte... esta vez es Personal)

Esta historia es la continuación de:
De Vuelta al Colegio (Primera Parte)






Una vez que dejé de despotricar con las autoridades del colegio, mis tribulaciones me llevaron a la corporación educativa de la municipalidad, las puertas abiertas a todo el saber de los pingüinos locales.

La Marcelita, luz de mi vida, había esta aquí antes. Hace ya casi un año, ella y sus compañeros habían protestado, querían una educación mejor (y pensar que yo la había retado). En aquella ocasión los niños había redactado una serie de propuestas, y el jefe de la corporación les recibió en lugar del alcalde, que había prometido visita. Ellos querían una conversación seria y el dichoso jefe simplemente les dijo: "Cabros, la cosa es simple: voten si quieren recuperar las clases perdidas en el verano o en las vacas de invierno". Los pobres cabros fueron mirados a huevo, pero la intimidación no terminó ahí: uno a uno, el encargado y su asistente fueron poniendo una mano sobre la cabeza de los niños. Haciéndoles sentir como unos perejiles, bajándoles toda la espuma a su causa. ¡Aquí estoy para vengar esa afrenta, o aburrirme en el intento (o mejor, aburrirlos a ellos)!



Fui atendido por una señora que en su época tiene que haber sido muy bella. Tenía un aire cruzado de lana de feria libre y burócrata cansada. La pobre me daba la impresión de que se iba a pisar la cara, de larga que la tenía.

- ¿Me está hablando de la escuela de sus hijos? – preguntó cuando yo ya llevaba quince minutos hablando, no me había escuchado.
- Si... precisamente.
- Ah. Siga.

Silencio. ¿Debía empezar con el cuento de la semana pasada otra vez? Me fijé que habían muchos paquetes con sobres arrugados, parecían dibujos y cuentos como los que hacían mis niños hace unos años.

- Nosotros en la corporación – dijo viendo que me había percatado de los paquetitos – creemos en la creatividad de los niños, esos son de un concurso de cuentos. Sabemos que los niños no leen, menos van a escribir.
- Ah, pero les llegaron como chorrocientos.
- Sí, ahora no sabemos qué hacer con ellos... ¿tendremos que darles un premio? - bostezo – la vedad si uno lee esos cuentos pueden afectarte… ya sabe usted, la realidad de los chicos. Necesitamos un especialista para hacernos cargo de lo que cuentan ahí...
- Ah yo pensé que usted era esa persona...
- Yo también... pero no. La educación de nuestros niños es una cosa muy seria. Cuando me dieron este trabajo yo estaba muy feliz.
- Y parece que también tenebrosa, porque hasta ahora nadie se asoma por ahí.



La fecha en los sobres era de mayo. Rayos, ¿para qué van a escribir si su trabajo va a terminar en la oficina de una señora más triste que la muerte de la mamá de Bambi? ¿Y si esto era parte de la realidad de los niños por qué cresta le estaban haciendo el quite?

Me fui de ahí con la sensación de: ¿habré perdido mi día libre? Tengan claro estimados y valientes lectores, Paredes no se rinde.

No, en ese lugar no iba a tener mucha información, ayuda ni nada. Debía subir aún más allá, el problema de la educación tenía muchas caras, y yo recién había empezado a mirar las primeras. Más tarde traté de llegar al concertado de mi alcalde, pero el caballero andaba metido en un acto, inaugurando un busto para sabe que prócer extinto. Era un acto importante, ministros y todas esas autoridades estarían presentes...

Así que ya saben, como en los cuentos... (continuará).

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viernes, 11 de septiembre de 2009

DE VUELTA AL COLEGIO (Primera Parte)





Abro mis ojos asustado por el angelical ruido de mis hijos entrando a la pieza.

-¿Puedo hacerte una pregunta? – dijo la terrible voz aún cambiante del Nicolás.
-No.
-Bueno – hizo una pausa y siguió – ¿Tú crees que soy muy porro?
-Tienes promedio 6.2, porro no eres... ¿qué bicho te pica enano retamboreado?
-La profe dijo que éramos unos porros, todos en el colegio, porque habíamos dado jugo en el Simce. Ahora van a ver clases especiales sobre eso... que mula papá... además si nos va mal, van a cerrar el taller de arte, y es la única clase que me gusta.
-¿Cierran el taller si les va mal?

Con la bala pasada, recordé que la Marcela, mi otra hija, había hecho un comentario sobre esto de la educación. Busqué el ranking de los colegios, y ahí me fue quedando clarito. ¡Los pobres iban en el colegio más laucha de la comuna! Era hora de ir a mirar la cosa en terreno, así que esperé mi día libre, y me fui a instalar de sapo.

El edificio había sido bien arreglado, gracias a lo que llamaban el gasto en "educación". Nuestro alcalde había aparecido en la prensa y todo. Pero siento que aquí hay algo más raro que gallina con dientes.

En fin debía mirar con mis propios ojos, Barriendo en la puerta estaba Parrita, quien, muy orgulloso de su establecimiento, se decidió a darme un "tour". Siempre lo he dicho, nadie es más noble que el conserje, ¿no?

Las paredes pintadas, pasillos vacíos, las salas en silencio, callados como lauchitas estos pobres piojos. ¿No podrían estar haciendo un poquito de ruido al aprender? Pasamos por los baños, entonces las revelaciones comenzaron:

-Están recién pintados jefe – dijo Parrita – y han instalado cuatro waters nuevos... lo mula es que no tenemo’ cañerías... así que, bueno seguimos con dos baños operantes no más.

Las duchas del camerino estaban roñosas y con más hongos que aldea pitufa. Luego mi gran guía comenzó a lucirse con la "tecnología computacional". Sala de enlace, la vimos por fuera, porque la cuestión estaba cerrada con llave. La profe de tecnología era la única que podía abrirla.



-Aquí los cabros aprende poguerpoin y guord – siguió el conserje – y tiene interne’, claro que le tenemos todo bloqueado, pa’ que no se pongan a hacer tonteras...
-¿Tonteras?
-Si poh, shatear, ver fotoló, monos shinos, o esa tontera del correo.
-Ah.
-Pucha caballero con toas estas maravillas, me hubiera encantao terminar el colegio.

La biblioteca tenía cuatro libros tristes, mirando la nada. Y en la cancha había dos tremendos arcos, y nadie jugando. Había un laboratorio hecho con proyecto muy costoso del ministerio de educación, había donado hasta ratones de laboratorio, los niños le pusieron nombre Pinky y Cerebro. Uno se les murió de hambre y al otro se lo comió el Cucho, que es el gato del vecino. ¿Esto era más educación? La única diferencia con los coscorrones que me pegaba la señorita Ortiz, era que esos dolían de una.

La hora se me hizo más larga que la infancia de Heidi, entonces: timbre de recreo, ruidos, chillidos. Los más chicos corrían, y los grandotes giraban en por la cancha. Una mocha aquí y allá; los inspectores preocupados de que no se digan garabatos, pero con cara de amargura, como si hubieran comido el café a cucharadas.

Algo me olía más feo que el camarín. La municipalidad no estaba ni al lado con los cabros, echaba una pintada, ponía unos computadores en promoción y le decía gastos en educación. Preferiría que los mocosos metieran más ruido en la sala si están aprendiendo, que jueguen a la pelota para que no se queden atrofiados, que usen la tecnología como la gente del edificio donde trabajo, para comunicarse, sería bueno que los cabros tuviesen buenos recreos, tan buenos como sus clases ¿Y el pobre Parrita? ¿No debería el colegio hacer algo por su educación?

Los pingüinos tenían razón, vamos a hacer algo. ¡Esto no se queda aquí! O sea, este episodio sí, pero la aventura no... se entiende, ¿verdad?

(continuará)

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domingo, 6 de septiembre de 2009

Candidatos



La feria, el último bastión del misterioso reino de la fruta, la verdura, la pachanga y la cumbia. Mi primo, el Humberto tiene un puesto y se la pasa invitándome a que le ayude un sábado. Como era mi día libre, y siempre he sentido curiosidad por este oficio, me senté junto a él. ¡CASERITA! Gritaba cuando aparecía una señorona con un par de niñitos colgando, se acordaba de todos, el hombre debe tener el disco duro lleno de nombres, rostros y voces.

Diez de la mañana, estamos comenzando el lindo camino de nuestra democracia, es decir: vienen a repartirnos cháchara política. Primero, los mismos de siempre, con más asesores que la presidenta. Se sonríe. Se saca fotos con los locatarios, al lado de los choclos, con los tomates. Es del barrio, es verdad, le decíamos Juan Sablazo, en la junta de vecinos era más ladrón que gato de campo. Si sale reelecto… huy. Once y media. Otro, a este no le he visto nunca por el barrio, más fotos, más prensa. Posa más que la Cotetita López, pero es mucho menos agradable al ojo.

Se va, dejan sus folletos a todo color, ni para envolver la fruta sirve, se echaría a perder.

Humbertito me dice:

-Todos los sábados lo mismo, más desordenados que las fiestas de tú mami.

-No hables así de tu tía, ¡mal ahijado! ¡ culebra traicionera!, a la mujer le gustaba menear el esqueleto… Oye, ¿y tení una remota idea por quién vai a votar?

-¡Anula con la...!

-No pos primo, no confunda rebeldía con tontera, se puede ser diferente e inteligente... se lo voy a demostrar... vamos a ir a escuchar a los candidatos.

-¿A todos?

-No poh saco de garbanzos, a los candidatos a presi… así sabemos cómo va la mano...

Nos pusimos de acuerdo y nos pusimos a escuchar todos los candidatos:

A) El Ex presi: se veía como un hombre honesto, lo había respetado mucho cuando estaba en su cargo, y recuerdo que a mi mamita le gustaba mucho su taita. Pero se puso a hablar, no parecía su voz, era como escuchar el discurso de todos los bellacos buenos para el choreo juntos. ¡No señor ex presidente! No le puedo creer, cuando me habla de cambiar, ¿cómo se cambia ese tremendo robot que tiene concertado tras de usted?

B) RockStar: debo reconocer que este no me gustaba naipe. Mucha farándula y cosas así, pero lo escuché hablar y el niño ganó algo de mi cucharón sensiblero. Le creo, no es un mentiroso, y lo han hecho sopaipilla tanto ataque, sobre todo de sus ex amigos. Mijo la única razón porque no puedo votar por usted es que, ¿con quién va a gobernar? O sea, si me dice que los malosos de siempre no se le van a colgar, es ingenuo o leso. Prefiero pensar que no es leso.

C) Cambio de rumbo: Lo dejé para el último, esperé su lanzamiento, conseguí permiso y todo para ir. Bueno es primera vez que veo para ese lado, debo ser honesto. Se necesitan muchas espaldas para pararse frente a Chile y proponer un cambio, uno de verdad. Lo escuché, y mis pailas no podían creerlo. ¡Un hombre que creía en el mérito! No respondió con bajeza a los ataques de sus enemigos, sólo planteó la posibilidad de un futuro como país, eso ya es novedad.

Contento dejamos la escena, Sebastián Piñera, ¿quién lo diría? Ha puesto una sonrisa en este chileno descreído, debo decirle que eso no es nada fácil estos días.

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Un gusto en saludarlo, Simón Paredes para servirle

Quizás a usted no le interese. pero le contaré que fui a nacer, allá por Chanco, hace ya cuarenta años. Usted ya sabe como es esto del amor, y dejé a mi mama y a mi taita, por la Lucía.... por la cresta, mujer más linda nunca había visto; claro, no había visto mucho para entonces.

Como le decía, siguiendo al corazón me fui a instalar en la comuna de Lo Prado, orgullosa, joven y siempre pujante. Si algo me enseñaron mis padres, es a trabajar bien duro, así mi vieja y yo sacamos adelante a dos chiquillos, la Marcela y el Nicolás.

Ahora estoy trabajando de conserje de un gran edificio de oficinas, vi la maravilla del mundo Online, como lo llaman, así que abrí este blog para contarles algunas cositas de mi vida, a más de alguno le habrán pasado, digo yo.

Le doy las gracias a la Marce que enseñó a ocupar el computador y al Nico que dibujó todo super bien.
Aquí mi mail es sparedes2010@gmail.com, para que me envíen algo si quieren. Una cartita de amor, agradecimiento, de todo. Aí estoy.

El video de la semana

La imagen de la semana

  © Esta es una publicación autorizada por el comando de Sebastián Piñera. Santiago de Chile, 2009.

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