lunes, 21 de septiembre de 2009

DE VUELTA AL COLEGIO (2a Parte... esta vez es Personal)

Esta historia es la continuación de:
De Vuelta al Colegio (Primera Parte)






Una vez que dejé de despotricar con las autoridades del colegio, mis tribulaciones me llevaron a la corporación educativa de la municipalidad, las puertas abiertas a todo el saber de los pingüinos locales.

La Marcelita, luz de mi vida, había esta aquí antes. Hace ya casi un año, ella y sus compañeros habían protestado, querían una educación mejor (y pensar que yo la había retado). En aquella ocasión los niños había redactado una serie de propuestas, y el jefe de la corporación les recibió en lugar del alcalde, que había prometido visita. Ellos querían una conversación seria y el dichoso jefe simplemente les dijo: "Cabros, la cosa es simple: voten si quieren recuperar las clases perdidas en el verano o en las vacas de invierno". Los pobres cabros fueron mirados a huevo, pero la intimidación no terminó ahí: uno a uno, el encargado y su asistente fueron poniendo una mano sobre la cabeza de los niños. Haciéndoles sentir como unos perejiles, bajándoles toda la espuma a su causa. ¡Aquí estoy para vengar esa afrenta, o aburrirme en el intento (o mejor, aburrirlos a ellos)!



Fui atendido por una señora que en su época tiene que haber sido muy bella. Tenía un aire cruzado de lana de feria libre y burócrata cansada. La pobre me daba la impresión de que se iba a pisar la cara, de larga que la tenía.

- ¿Me está hablando de la escuela de sus hijos? – preguntó cuando yo ya llevaba quince minutos hablando, no me había escuchado.
- Si... precisamente.
- Ah. Siga.

Silencio. ¿Debía empezar con el cuento de la semana pasada otra vez? Me fijé que habían muchos paquetes con sobres arrugados, parecían dibujos y cuentos como los que hacían mis niños hace unos años.

- Nosotros en la corporación – dijo viendo que me había percatado de los paquetitos – creemos en la creatividad de los niños, esos son de un concurso de cuentos. Sabemos que los niños no leen, menos van a escribir.
- Ah, pero les llegaron como chorrocientos.
- Sí, ahora no sabemos qué hacer con ellos... ¿tendremos que darles un premio? - bostezo – la vedad si uno lee esos cuentos pueden afectarte… ya sabe usted, la realidad de los chicos. Necesitamos un especialista para hacernos cargo de lo que cuentan ahí...
- Ah yo pensé que usted era esa persona...
- Yo también... pero no. La educación de nuestros niños es una cosa muy seria. Cuando me dieron este trabajo yo estaba muy feliz.
- Y parece que también tenebrosa, porque hasta ahora nadie se asoma por ahí.



La fecha en los sobres era de mayo. Rayos, ¿para qué van a escribir si su trabajo va a terminar en la oficina de una señora más triste que la muerte de la mamá de Bambi? ¿Y si esto era parte de la realidad de los niños por qué cresta le estaban haciendo el quite?

Me fui de ahí con la sensación de: ¿habré perdido mi día libre? Tengan claro estimados y valientes lectores, Paredes no se rinde.

No, en ese lugar no iba a tener mucha información, ayuda ni nada. Debía subir aún más allá, el problema de la educación tenía muchas caras, y yo recién había empezado a mirar las primeras. Más tarde traté de llegar al concertado de mi alcalde, pero el caballero andaba metido en un acto, inaugurando un busto para sabe que prócer extinto. Era un acto importante, ministros y todas esas autoridades estarían presentes...

Así que ya saben, como en los cuentos... (continuará).

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Un gusto en saludarlo, Simón Paredes para servirle

Quizás a usted no le interese. pero le contaré que fui a nacer, allá por Chanco, hace ya cuarenta años. Usted ya sabe como es esto del amor, y dejé a mi mama y a mi taita, por la Lucía.... por la cresta, mujer más linda nunca había visto; claro, no había visto mucho para entonces.

Como le decía, siguiendo al corazón me fui a instalar en la comuna de Lo Prado, orgullosa, joven y siempre pujante. Si algo me enseñaron mis padres, es a trabajar bien duro, así mi vieja y yo sacamos adelante a dos chiquillos, la Marcela y el Nicolás.

Ahora estoy trabajando de conserje de un gran edificio de oficinas, vi la maravilla del mundo Online, como lo llaman, así que abrí este blog para contarles algunas cositas de mi vida, a más de alguno le habrán pasado, digo yo.

Le doy las gracias a la Marce que enseñó a ocupar el computador y al Nico que dibujó todo super bien.
Aquí mi mail es sparedes2010@gmail.com, para que me envíen algo si quieren. Una cartita de amor, agradecimiento, de todo. Aí estoy.

El video de la semana

La imagen de la semana

  © Esta es una publicación autorizada por el comando de Sebastián Piñera. Santiago de Chile, 2009.

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